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Cristo de la Defensión, a su salida, por la calle Sevilla |
Este fin de semana, fue el primer fin de semana de cuaresma, aunque don
carnal seguía dando sus últimos coletazos, fue el fin de semana de los Vía
Crucis extraordinarios, por Jerez y por Sevilla.
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Cristo de la Defensión y cortejo litúrgico |
Comenzó el fin de semana cofrade con el Vía Crucis de la Unión de
Hermandades de Jerez, presidido este año por el Stmo. Cristo de la Defensión,
que con motivo del año de la Fe y para intentar captar la mayor cantidad de
público posible, fue de manera extraordinaria sobre el paso del Santo Crucifijo
de la Salud. Así, a las cinco y media de la tarde, se abrían las puertas del
convento de Capuchinos para dejar salir un largo cortejo (con representaciones
del estamento militar, el colegio de la Compañía de María, la Unión de
Hermandades y hermandades varias), plagado de referencias a la Fe y al camino
de la Cruz, que alumbraba el camino del magnífico paso dorado y la soberbia
imagen que tallara un valenciano en 1795. Desde allí, se llegó a la Catedral en
una tarde fría y encapotada, donde se desarrolló el Vía Crucis en un templo
repleto. A las ocho de la tarde se volvió por aquel mismo camino que cada
Martes Santo lleva a los nazarenos de morado de vuelta a Capuchinos.
También a las ocho de la tarde, tuvo lugar por el barrio del Pelirón, el Vía
Crucis con el Señor del Amparo, de la hermandad del Consuelo con motivo del 10º
aniversario de la bendición de la imagen. Un Vía Crucis que regaló a aquellos
que pudieron estar presentes la estampa del Nazareno del Pelirón sobre el que
será su paso en un futuro, esperemos que no muy lejano, y que hoy ocupa los
miércoles santo la Virgen del Consuelo al pie de la Cruz.
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Monte-Sión (I estación) |
Por otra parte, el domingo debía tener lugar el denominado Vía Crucis Magno
de las Hermandades de Sevilla, también con motivo del año de la Fe proclamado
por el Papa saliente, que reuniría a catorce pasos de la Semana Santa
sevillana. Y bien digo "debía tener lugar", porque como muchos sabéis
todo se suspendió por motivo de la lluvia, que hizo presencia en forma de chirimiri
a eso del mediodía. Total, que al final no hubo pasos en la calle, pero sí
iglesias abiertas para ver los pasos montados y Vía Crucis en la Catedral con
el Santo Lignum Crucis de la hermandad de la Vera-Cruz.
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Los Gitanos (VII estación) |
Así que lo que tocaba era patearse toda Sevilla de punta a punta para
intentar conocer todos los pasos de la Semana Santa hispalense. Para lo cual
empezábamos por Triana, calle San Jacinto, para ver en la capilla de la
Estrella donde nos esperaba el Señor de las Penas (X estación), por cierto
abarrotado de gente a esas horas de la mañana. A continuación fuimos a San
Gonzalo, a ver la imagen de Ntro. Padre Jesús del Soberano Poder (III
estación), y en busca de la capilla del Cristo de la Expiración, el Cachorro
(XIII estación), pero que aún estaba cerrada. Por tomamos camino de vuelta para
cruzar el Guadalquivir de nuevo hacia Sevilla. Allí fuimos a la capilla de Montserrat
donde esperaba el Cristo de la Conversión del Buen Ladrón (XI estación), y de
allí al encuentro del Señor de Sevilla, el Gran Poder (IX estación) que
aguardaba en su basílica. La última visita matutina fue a la iglesia de San
Lorenzo para ver el misterio de las Siete Palabras (XII estación).
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Carmen Doloroso (IV estación) |
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Pasión (VIII) |
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Gran Poder (IX estación) |
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Estrella (X estación) |
Tras un descanso para comer y reponer fuerzas en los alrededores de la
Alameda de Hércules, fuimos a la iglesia del Ómnium Sanctorum, en la calle
Feria, para ver el misterio de la hermandad del Carmen Doloroso: el Señor de la
Paz y las negaciones de San Pedro (IV estación). Cuando íbamos a dirigirnos a
Monte-Sión, nos enterábamos que habían sacado el paso del Cautivo de
Torreblanca (V estación) de Santa Marina, así que allá fuimos, pero para
nuestra desgracia, cuando llegamos ya estaban volviendo a entrar y un quisco en
muy mala posición nos impidió ver el único paso que se movió aquel día. Por
tanto, tocaba volver a la calle Feria para ver en la capilla de Montesión al
encuentro del Señor de la Oración en el Huerto (I estación).
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Montserrat (XI estación) |
Tomando ya camino
de la Catedral, pasamos por la iglesia de los Gitanos donde estaba el Señor de
la Salud (VII estación), por la iglesia del Santo Sepulcro, que estaba cerrada,
para ver al Señor Yacente (XIV estación) y por la Colegial del Salvador, en
cuyo centro aguardaba en su trono de plata el Señor de la Pasión (VIII). Por
cierto, había una cola enorme para entrar a este último templo, pero por suerte
iba rápida.
Atrás quedaban sin visitar el Beso de Judas (II estación) y San Esteban (VI
estación), pero es que tan tantas horas de deambular ni la memoria, ni las
piernas, ni el tiempo daban para más. En fin, que la lluvia volvió a perseguir
al mundo cofrade sevillano y no pudo llevar a cabo este gran acto. Eso sí, a
pesar de todos las calles de la capital hispalense estuvieron a reventar de
gente.
Sin más que decir, un saludo, ¡y ya queda menos para la Semana Santa!
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Siete Palabras (XII estación) |
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