Fachada del Corral del Carbón |
Regresamos
hoy para terminar la serie de entradas sobre Granada, y lo hacemos con uno de
los recorridos más sugerentes de entre los que nos obsequia la capital nazarí:
partiremos desde el Corral del Carbón, para seguir desde la cercana plaza
Nueva por la Carrera del Darro y Paseo
de los Tristes, por donde subiremos a las callejuelas del Albaicín.
El Corral
del Carbón, situado cerca del ayuntamiento, en una bocacalle de la calle Reyes
Católicos, es la única alhóndiga
conservada de las tres que existían en la Granada nazarí. Fue construido
durante el reinado nazarí, con anterioridad a 1336, y su nombre original era Al-Funduq
al-Gidida, o Alhóndiga Nueva. Se situada al sur de la ciudad musulmana,
junto al mercado de la seda o Alcaicería, al zoco de la Medina y a la Mezquita
Mayor, y servía de posada para los comerciantes en tránsito, de almacén y de
mercado al por mayor. En 1494 los Reyes Católicos lo concedieron a Sancho de
Arana. A su muerte salió a subasta, usándose de hospedaje de carboneros, más
tarde como corral de comedias y, luego, como casa de vecinos. Fue declarado
Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1918, pero estuvo amenazado de
derribo hasta que fue adquirido por el Estado en 1933.
Patio del Corral del Carbón |
Su nombre se
debe a un pequeño puente que se llamó al-Qantara al-Yadída (del árabe puente
nuevo) hasta 1501, y más tarde puente del Carbón, situado sobre el río Darro,
comunicando la Alhóndiga con el zoco. La fachada está constituida por un arco
de herradura apuntado con decoración de atauriques. En el zaguán encontramos
una puerta adintelada sobre la que se abren dos ventanas geminadas. El patio
cuadrado contrasta por su sencillez, presentando una fuente en el centro y se
rodea por tres pisos de galerías.
Como ya os
decía antes, desde el Corral del Carbón iremos a la plaza Nueva (podéis
encontrar más información de este lugar en la segunda entrada de esta serie “Paseos
Nazaríes”), para tomar desde allí la Carrera del Darro, que sale desde el
lateral de la iglesia de San Gil y Santa Ana. El margen derecho de esta
preciosa calle está ocupado por el cauce del río Darro, y tras él se eleva la
verde ladera coronada por la Alhambra, que nos acompañará majestuosa durante
todo el camino.
Conforme
avanzamos por la calle, nos encontraremos dos puentes de cantarería, el de
Espinosa y el de Cabrera, que nos llevarán a la calle Santa Ana. Unos metros adelante,
encontramos los restos de un antiguo arco de herradura que cruzaba el río y que
constituía una antigua muralla. Enseguida, a la izquierda, nos llama la
atención el convento de Santa Catalina de Zafra, que fue fundado por la viuda
de Hernando de Zafra, secretario de los Reyes Católicos que participó
activamente en la reconquista de la ciudad a los musulmanes y en sus Capitulaciones, en 1520. Destaca la
portada renacentista de la iglesia, donde se alza una escultura de la Santa,
acompañada por los escudos familiares. El convento de monjas dominicas conserva
en su interior una casa morisca del siglo XIV. De esta casa árabe destaca su
patio decorado con elementos nazaríes y una alberca en el centro.
Convento de Santa Catalina de Zafra |
Casa de Castril |
A espaldas
del convento, y tras dejar atrás la calle Zafra, nos encontramos con la
fabulosa fachada de la Casa de Castril, en la que actualmente se encuentra el Museo
Arqueológico de Granada. Se trata uno de las mejores ejemplos de palacios
renacentistas de Granada, y perteneció a la familia del susodicho Hernando de
Zafra. En lo alto de la fachada, de estilo plateresco y construida en arenisca,
está grabada la fecha de su construcción: 1539. Presenta un balcón central con
medallones en relieve y un friso con la figura de un ángel acompañado de
grifos. La escalera de acceso a la segunda planta está cubierta con un
sensacional artesonado mudéjar. Esta obra ha sido atribuida a Sebastián de
Alcántara, uno de los más destacados discípulos de Diego de Siloé.
Iglesia de San Pedro y San Pablo |
Además,
sobre el edificio recae una vieja leyenda, de cuando era habitado en época
árabe, la cual se refiere a una misteriosa dama de blanco que se aparece de vez
en cuando, fruto de un desencuentro entre el padre de una bella muchacha que
habitaba el edificio y su supuesto amante, que desencadenaron la furia del
padre y posteriormente su ahorcamiento y emparedamiento en el balcón lateral
del edificio. Sobre este Balcón ciego se puede leer una consigna que dice:
"Esperando la del cielo", lo que podría referirse a "esperando
la justicia del cielo", que probablemente tuviese relación con las
palabras que el supuesto amante pronunció antes de ser ahorcado.
Justo frente
a esta casa, se encuentra en una zona en
la que el río da algo más de anchura a la calle, la iglesia de San Pedro y San
Pablo, presidiendo toda la ribera del Darro. Esta iglesia de estilo mudéjar fue
edificada entre 1559 y 1567, sobre un solar que antes había sido ocupado por la
mezquita de los Baños. Proyectada por Juan de Maeda sobre una planta de cruz
latina, en su interior destacan las armaduras de sus cubiertas y la decoración
a base de mocárabes de la bóveda. Sobre la portada, que corresponde a Pedro de
Orea, se abren dos hornacinas y entre dos pares de columnas corintias aparecen
las imágenes de san Pedro y san Pablo, los santos titulares.
Paseo de los Tristes |
Continuando
por la Carrera del Darro pasamos junto al convento de San Bernardo, famoso por
sus dulces. Y por fin llegamos al Paseo del Padre Manjón, popularmente conocido
como el Paseo de los Tristes, el sitio perfecto para sentarnos y descansar para
subir al Albaicín, mientras seguimos contemplando la belleza de las vistas de
la Alhambra.
Calle San Juan de los Reyes con cuesta del Chapiz |
Torre de la Iglesia del Salvador |
En 1537 una bula del papa Clemente VII constituyó esta iglesia en Colegiata.
Con el paso de los años es edificio ha sufrido importantes deterioros,
especialmente en la rebelión de los moriscos y durante la Guerra Civil.
Desde aquí,
nos adentramos plenamente en el Albaicín, un antiguo arrabal nazarí y que ocupa
lo que anteriormente fue la villa romana de Iliberis. De este barrio declarado
patrimonio de la humanidad destacan sus callejas sinuosas en medio de la ladera
y sus casas o cármenes encalados y jalonados de cipreses y buganvillas. Así,
por estas calles con encanto, llegamos al mirador de San Nicolás, presidido por
la iglesia homónima, uno de los puntos más famosos del barrio gracias a sus
magníficas vistas panorámicas de la Alhambra y el Generalife.
Cuesta de las Tomasas (al fondo torre de la Vela de la Alhambra) |
Ya desde San
Nicolás, vamos a la plaza Larga y bajamos de nuevo hacia el centro de Granada
por la cuesta María de la Miel en dirección a la Catedral. Conforme
descendemos, se van haciendo cada vez más frecuentes las teterías y diversas
tiendas de recuerdo y artesanía.
Y con esto,
termino esta serie dedicada a Granada, aunque ya voy pensando en volver para
ver algunos de los sitios que me faltan, como los Palacios Nazaríes de la
Alhambra, el Sacromonte y la Cartuja, así como disfrutar de sus calles, sus
tapas y sus gentes. ¡Hasta la próxima!
Plaza de San Nicolás |
Cuesta de la Alhacaba |
Fuente:
www.artehistoria.jcyl.es
www.degranada.net
wikipedia.org
La Alhambra desde el mirador de San Nicolás |
No hay comentarios:
Publicar un comentario